Mirad hecho hombre al Creador del hombre
para que mamase leche el que gobierna el mundo sideral,
para que tuviese hambre el Pan,
para que tuviera sed la Fuente,
y durmiese la Luz,
y el Camino se fatigase en el viaje,
y la Verdad fuese acusada por falsos testigos,
y el Juez de vivos y muertos fuera juzgado por juez mortal,
y la Justicia, condenada por los injustos,
y la Disciplina fuera azotada con látigos,
y el Racimo de uvas fuera coronado de espinas,
y el Cimiento, colgado en el madero;
la Virtud se enflaqueciera,
la Salud fuera herida
y muriese la misma Vida.
(San Agustín. Sermo 191,1: PL 38,1010)